Desde las primeras embarcaciones que cruzaban los mares, la seguridad en la navegación ha sido un aspecto fundamental. Se han inventado diferentes elementos y dispositivos con el tiempo para evitar accidentes y mejorar el control sobre las embarcaciones. En gran medida, se ha logrado establecer seguridad en los distintos tipos de barcos gracias a las anclas, que han evolucionado hasta convertirse en piezas clave de la estabilidad.
Si bien en principio puede parecernos como un elemento simple, en realidad su diseño y funcionamiento son complejos y requieren una cuidadosa ingeniería.
Desde Motyvel, empresa líder en la venta de yates en España, analizamos el funcionamiento de las anclas y sus diferentes partes. Primero, comencemos con su historia.
Historias del ancla
Desde la antigüedad, las civilizaciones marítimas han desarrollado distintos métodos para asegurar sus barcos. Los primeros registros de anclas provienen de los fenicios y griegos, quienes utilizaban piedras perforadas o sacos llenos de arena para estabilizar sus embarcaciones.
Con la expansión de la navegación, los romanos comenzaron a emplear anclas de madera con dientes de hierro, un diseño que mejoraba el agarre en el lecho marino. En las antiguas culturas vikingas, las anclas eran fabricadas en hierro forjado y contaban con múltiples brazos, una innovación esencial para la seguridad de sus expediciones en alta mar.
Evolución a lo largo de los siglos
Con la expansión del comercio marítimo en la Edad Media, las anclas comenzaron a fabricarse íntegramente en hierro, incorporando el característico diseño con brazos y cepo de madera. Durante la Revolución Industrial, la producción en masa y el desarrollo del acero permitieron la creación de anclas más resistentes y adaptadas a las distintas condiciones del fondo marino.
Los avances tecnológicos del siglo XX trajeron consigo diseños más sofisticados, con materiales de alta resistencia y estructuras optimizadas para distintas embarcaciones. En la actualidad, las anclas modernas incorporan aleaciones de metales resistentes a la corrosión, lo que mejora su durabilidad y rendimiento en todo tipo de aguas.
Partes del ancla
A continuación, detallamos las diferentes partes de este elemento tan importante para la estabilidad de un barco:
Cuerpo del ancla
Esta es la estructura principal, fabricada en acero o aleaciones de alta resistencia. Su diseño busca maximizar la estabilidad y facilitar el agarre en diferentes tipos de lecho marino. Dependiendo del tipo de ancla, puede tener diferentes formas, por ejemplo, modelos tradicionales en forma de cruz o diseños más aerodinámicos pensados para una rápida penetración en el fondo marino.
Grillete
Conecta el ancla con la cadena o cabo que la une a la embarcación. Su resistencia evita la pérdida del ancla en condiciones adversas, y suele estar fabricada en acero galvanizado para resistir la corrosión del agua salada y tener una larga vida útil.
Brazos del ancla
Los brazos pueden tener diferentes configuraciones, dependiendo del tipo de embarcación y del fondo marino donde se fondee. Su diseño permite generar un punto de apoyo estable para evitar el arrastre del barco. Algunos modelos cuentan incluso con brazos articulados que se adaptan al fondo para el agarre en terrenos irregulares.
Pico o garra
Esta parte del ancla es la encargada de penetrar en el lecho marino y proporcionar un agarre seguro. Su forma varía según el tipo de ancla y el uso al que esté destinada. Los picos más afilados se utilizan en fondos arenosos, mientras que los más anchos son ideales para terrenos rocosos o de fango.
Tipos de anclas
Dependiendo de la embarcación y del tipo de suelo en el que se fondee, se utilizarán algunas de las siguientes anclas:
Ancla de anillo o de arrastre
Utilizado tradicionalmente en barcos de pesca, se caracteriza por su capacidad de desplazarse por el fondo marino hasta encontrar un punto de sujeción adecuado. Su diseño le permite moverse libremente sin quedarse atrapada en el fondo, ideal para embarcaciones en movimiento.
Ancla de tipo Danforth
Popular en barcos de recreo, ofrece un excelente agarre en fondos de arena y fango, gracias a sus largas y afiladas aletas. Su peso ligero y su facilidad de almacenamiento la convierten en la opción preferida para embarcaciones pequeñas y medianas.
Ancla de tipo CQR
Muy utilizada en veleros, la ancla CQR se distingue por su mecanismo articulado, que le permite adaptarse a los cambios de dirección del viento y la corriente sin perder agarre. Su diseño ha sido probado en diversas condiciones marítimas, donde ha destacado por su fiabilidad y capacidad de adaptación.
Ancla de tipo plow (arado)
Diseñada para grandes embarcaciones e ideal para fondos duros, ya que su forma permite un enterramiento progresivo en el suelo marino. Su estructura sólida le permite soportar grandes esfuerzos sin comprometer la seguridad de la embarcación.
Mecanismos de funcionamiento
La sujeción estable y segura del barco gracias al ancla se logra gracias a los siguientes aspectos:
Importancia del fondeo adecuado
Un fondeo mal ejecutado puede comprometer la seguridad de la embarcación y aumentar el riesgo de desplazamiento involuntario o incluso de colisión con otros barcos o estructuras en el agua.
Factores clave en la fijación del ancla
Uno de los aspectos más importantes para la fijación es el peso de la cadena, que desempeña un papel fundamental en la estabilidad del fondeo al ayudar a mantener el ancla en la posición correcta y evitar que se desplace o se mueva.
Otro factor crucial es el ángulo de tracción, que permite que el ancla se entierre correctamente en el lecho marino, lo que maximiza su capacidad de agarre y asegura una sujeción más firme. Cuando el ángulo de tracción es el apropiado, el ancla puede lograr una fijación profunda y estable, lo que reduce la probabilidad de que se deslice o se afloje.
Finalmente, las condiciones ambientales, como el viento fuerte o las corrientes, influyen en el ancla, que debe ser capaz de resistir los tirones a los que se ve sometida la embarcación sin deslizarse. Así, se garantiza que el ancla se mantenga en su posición y proporcione estabilidad, incluso bajo condiciones adversas.
Proceso de fondeo y errores comunes
El primer paso es la selección del lugar de fondeo, que consiste en elegir una zona con un fondo marino adecuado para el tipo de ancla que se utilizará. Es importante evitar áreas con rocas o estructuras que puedan interferir con el ancla y garantizar que el lecho marino sea lo suficientemente firme para una buena fijación.
A continuación, es necesario hacer un cálculo adecuado de la longitud de la cadena, que debe ser proporcional a la profundidad del agua para asegurar que el ancla pueda asentarse en el fondo. Como regla general, se recomienda una relación de 5:1 o 7:1, es decir, cinco a siete metros de cadena por cada metro de profundidad.
El siguiente paso es la liberación controlada del ancla. Es fundamental soltar el ancla de manera progresiva y controlada para permitir que se acomode adecuadamente en el lecho marino. Un descenso demasiado rápido o brusco puede afectar su capacidad de fijación. Por último, una vez el ancla ha tocado el fondo, debemos verificar el agarre. Para ello, debemos comprobar que el ancla está bien sujeta realizando una leve tracción con la embarcación para asegurarnos de que no se deslizará con el movimiento del barco.
¿Qué significa el ancla de la marina?
Muy probablemente reconozcas el símbolo del ancla, muy popular en escudos de armadas de muchos países, en banderas o incluso en la cultura popular. Es un símbolo que ha sido asociado con seguridad y estabilidad a lo largo de la historia. En la marina, representa firmeza y compromiso, valores fundamentales en la navegación. Además, en términos técnicos, el correcto uso del ancla es esencial para garantizar la seguridad de cualquier viaje por mar.
En los escudos y emblemas de diferentes armadas del mundo, el ancla simboliza la fuerza y la responsabilidad de quienes protegen las aguas. Su presencia en la iconografía naval refuerza la importancia de este elemento en la tradición marítima.
¿Todo listo para la aventura?
Ya sea que vayas a navegar por aguas costeras o en aguas profundas, debes conocer el funcionamiento de las anclas para tener un mayor dominio de la estabilidad de tu barco. En Motyvel, nos especializamos en la venta de yates y servicios náuticos, con asesoramiento profesional para la elección del equipo adecuado para cada embarcación. Además, contamos con servicio integral, invernaje, gestión de amarres y gestoría náutica.
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